Ya sea mezclado con madera, o con algún toque de color, me parecen de lo más versátiles ya que se convierten en el fondo perfecto para personalizarla con los textiles y elementos decorativos o juguetes.
Además de los lunares, las láminas colgadas con dibujos coloridos y una bonita frase con lettering en un color vibrante alegran las paredes restando seriedad al blanco impoluto.
Este último lettering me gusta especialmente. El color aporta muchísima luminosidad y no parece muy complicado de hacer: cartón de alguna caja, dibujar y recortar las letras y poco de chalk paint y ya tenemos nuestra frase preferida para colgar (voy a tener que probarlo...)
Definitivamente las paredes blancas son las que más juego dan a la hora de decorar (y redecorar, que ya sabemos lo que nos gusta esto de cambiarlo todo) un dormitorio infantil.
Y vosotros ¿sois de paredes blancas u os inclináis por el color?
Fuente: Bondville. Imágenes: Danielle Trovato Photography.
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